Democracia y Libertad
La ODFS promueve la democracia y la libertad en Siria por medios pacíficos. El régimen autoritario y controlador de Siria ha oprimido a las personas, ha negado la libertad de expresión y de asociación, ha vulnerado los derechos humanos y ha gestionado mal la economía. La tiranía, la corrupción y la pobreza están muy extendidas. No existe el estado de derecho. El régimen utiliza el pretexto del estado de emergencia para reprimir la democracia y la libertad. En numerosas ocasiones, los activistas pro derechos humanos y pro democracia son objeto de acoso, perseguidos, arrestados y encarcelados sin el debido proceso judicial. No existe la igualdad de oportunidades ni la justicia social.
Naturalmente, las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana; sin embargo, el proceso de cambio y de reforma política debe comenzar inmediatamente. Debe ser pacífico y con carácter de transición, a través del compromiso y del diálogo con todos los grupos que creen en la democracia. Se debe permitir que existan y florezcan en Siria partidos políticos sólidos, que funcionen correctamente e independientes del régimen. Esto es fundamental para el desarrollo de una democracia plural y real. Todos los partidos políticos deberían poder participar en elecciones libres y justas.
El desarrollo de una sociedad civil en Siria es vital para que sus ciudadanos estén verdaderamente implicados y capacitados para participar en procesos políticos. Por consiguiente, se deben reforzar las instituciones políticas democráticas y que éstas sean accesibles para los votantes. Sólo entonces podrán los ciudadanos sirios de a pie influir en la política social, económica y cultural y hacer elecciones informadas en las urnas.
Siria necesita una nueva constitución democrática, que garantice la separación de poderes, la independencia del sistema judicial y proteja los derechos de los individuos, grupos y minorías, sin distinción de religión, grupo étnico o sexo. Los derechos de los que gozarían los ciudadanos reflejarían las obligaciones que tendrían. En una nueva Siria plural y secular, los ciudadanos tendrían plenos derechos en un estado de derecho.
En una democracia, se pondría fin al control por parte del gobierno sobre la sociedad civil, los sindicatos, el comercio y la industria. El gobierno y sus ministros estarían obligados a rendir cuentas a través de controles y equilibrios democráticos. La corrupción en instituciones estatales sería abordada mediante la responsabilidad democrática. Una Siria democrática ayudaría a conseguir la paz, la estabilidad y la seguridad tanto en Siria como en Oriente Medio.